¿Qué significa ser latino?
Por estos días en los que celebramos la herencia hispana, algunos de nosotros nos hacemos esa pregunta: ¿Qué significa ser latino? Porque cuando llegamos a este país dejamos de ser cubanos, puertorriqueños, venezolanos o mexicanos. Cuando llegamos a los Estados Unidos nos despojamos de un único origen para hacer parte de una enorme cultura en la que compartimos muchas cosas, comenzando por el idioma.
Y aunque es verdad que en el panorama de la moda y del jet set aparecen los íconos con quienes en muchos casos nos identificamos o por quienes nos sentimos orgullosos, hay un torrente cultural latino que cruza este gran país de norte a sur y de este a oeste que va más allá de nuestros actores y cantantes.
Decidí hacerle la pregunta a mis amigos y amigas de Latinoamérica. Uno que otro brasileño con los que compartimos la región y de ahí a varios latinos. Y esto es lo que algunos respondieron:
• “Latinos somos los que tenemos como lengua natal el Latín y como país el continente americano”.
• “Ser latino es reírse con ganas, mover las caderas y los hombros sabroso para bailar, tener amigos entrañables en cinco minutos y en todas partes. Tener una opinión rápida y contradecirnos igual de rápido”.
• “Ser latino es sentirse en casa en cualquier lugar desde México hasta la Patagonia”.
• “Ser latino es no leer las instrucciones a la mano y ensayar hasta dar con el truco”.
• “Es saber sobrevivir y echarle ganas a la vida”.
• “Es preferir los frijoles o los gandules con arroz, y usar el guacamole, la palta o el aguacate siempre que tengamos la oportunidad”.
• “Es poder compartir las canciones de los boleros, de las rancheras o de la salsa sin problema porque todas están en español”.
• “Es morir por el fútbol, no el soccer, y celebrar las gambetas y los tiros de esquina del equipo de turno y sentirnos orgullosos cuando es Argentina, Brasil o España quien nos representa”.
• “Ser latino es usar los remedios de las abuelitas para cada mal no importa si es una gripa o un cáncer”. La manzanilla para el dolor de estómago, la valeriana para los nervios, la ruda para limpiar el estómago, los pétalos de rosa para el mal de amores y la lista no para.
• “Es tener a los abuelitos viviendo en casa sin jamás pensar en llevarlos a un ancianato”.
• “Es celebrar la navidad el 24 en la noche con los niños despiertos hasta la una de la mañana y tener a todos los primos en primer, segundo y tercer grado bajo el mismo título: primos”.
• “Es escuchar la música a todo volumen y emborracharse sin compasión”.
Hay ciertas actitudes y maneras de enfrentar la vida que nos identifican. Y lo digo por observación propia. Todos los latinos que he visto, y sus hijos e hijas nacidos en este gran país tienen la misma actitud frente a la familia, frente a los adultos y frente a las tradiciones. Hay un gran respeto por nuestros padres, abuelos y profesores; respeto ganado a tundas.
Nuestros jóvenes latinos nacidos fuera de Centro y Sur América, luchan por no perder su idioma y se lamentan cuando no se pueden comunicar con sus abuelos. Sin embargo, son latinos y se les nota en el mismísimo “HOLA”.
Para nosotros la familia es el centro, es el todo y por lo general, las mamás son las matronas y con ellas no se juega. Nuestras familias son como bloques macizos que tienen mil consejos y deciden, y se creen con el derecho de hacerlo. Para todo tienen una opinión, desde el vestido de la quinceañera, hasta los comentarios de la tía más fresca en la última rumba, pasando por los chismes de última hora.
Somos la gran familia latina viviendo en “América”.