La llegada del bebé real: la película más emotiva del verano

No tengo que explicar de qué se trata, desde que Kate Middleton y el príncipe William anunciaron que estaban esperando su primer hijo, se desató la locura.

Pero la última semana estuvo fuera de serie. Los noticieros de la tele americana no dejaron de hablar del esperado nacimiento del bebé real. Los reporteros hicieron campamento por días frente al hospital St. Mary, en Londres, y para rellenar las horas de espera hablaron de cualquier cosa: posibles nombres, posibles looks, posibles regalos, etc etc etc.

Finalmente, tras 16 horas de trabajo de parto y nueve meses de un embarazo lleno de outfits elegantes y tímida sonrisa, Kate Middleton dio a luz al heredero de la corona británica.

La reacción de la gente fue un espectáculo. Puedo decir que me dio mucha alegría ver a tanta gente entusiasmada, y esperanzada con la llegada de una personita que por ahora no tiene la menor idea de lo que le espera.

Ojalá su vida sea un poco más privada y menos trágica que la de su papá, que perdió a su mamá Lady Di cuando era chiquito.

El bebé real no tiene nombre todavía, y sus orgullosos papás dijeron a la salida del hospital que aún están trabajando en eso. En su primera aparición pública tras el parto Kate lució espléndida y con un look maternal que llega tras el parto. William se mostró feliz, y me encantó la simpleza con la que presentaron a su hijo al mundo.

Si algo podemos reconocer de esta pareja es que no son extravagantes, ni tienen delirios de grandeza, aunque sean los personajes de la realeza más populares del momento.

Me dio mucha satisfacción también saber que Kate hizo todo lo posible para tener un parto natural, y lo logró, pese a que el bebé no es para nada pequeño: 8 libras y 6 onzas, es un ‘big boy’, como lo llamó su papá en la conferencia de prensa frente al hospital.

También que haya salido a la calle a 24 horas de dar a luz, sin maquillaje y de buen ánimo (puedo decir y muchas mamás coincidirán que tras el parto una queda reventada y lo último que tiene en la cabeza es asegurarse que su cabello se vea bien). Y que la pareja haya decidido no tener servicio de niñera, sino que criar al bebé con la ayuda de las dos familias, la de Kate y la del príncipe.


El ‘Rey’ de la Casa

Para los padres, ya sean duques o simplemente empleados de una empresa, la llegada del primer hijo es tan emocionante que uno nunca lo puede olvidar o comparar con otro momento de la vida.  

La misma Kate lo dijo:  muchas padres saben lo que se siente en este momento, dijo la duquesa cuando le preguntaron cómo se sentía.

Por estas horas, mientras la prensa especula con el nombre, el tiempo que tardará en ser Rey, si se parecerá a él o a ella, pienso que los padres deben estar como cualquier otra pareja, aprendiendo a conocer al bebé, batallando para darle el pecho, acomodándose al nuevo ritmo de vida y a pasar horas sin dormir.

Porque en cada casa donde hay un hijo hay príncipes y princesas, aunque no sean esperados  por millones de gente, ni cientos de paparazzi.  (En casa tengo dos princesas y tienen tanto estilo como Kate Middleton)

Estoy segura de que la alegría de ser madre y tener un hijo saludable es la misma para una duquesa que para cualquier otra mujer, y en eso Kate y muchas mamás tenemos algo en común.

Otra cosa que tenemos en común es procurar que nuestros hijos sean felices, puedan vivir relativamente en paz y de mi parte, que estén rodeados de gente que los quiera, los respete y los contenga.

Ojalá el nuevo principito tenga esa posibilidad, y los paparazzi no le hagan la vida imposible.